Comenzó en un bar, contigo.

En una de nuestras salidas de noche llegamos a bar un poco privado, oscuro, con luces tenues y música suave. Tú, increíblemente bella y sexy, con un vestido que muestra un escote increíble, la espalda un poco afuera y un abierto en una pierna que llega bien alto en el muslo. Tienes el cabello como me gusta, aloqueteado con olor a ti.

Nos sentamos en un sillón rodeados de decoración en un lugar bastante tenue del bar, pocas personas nos ven. Ordenamos unos tragos y al poco rato comenzamos a acariciarnos.  Te acaricio la espalda, el cuello, y en ocasiones las piernas, tratando de ocultar mí deseo de seguir el abierto del vestido hasta el final.

Al pasar de los tragos vamos hablando y voy acariciando tus muslos, subiendo lo más que el vestido me deje subir por el abierto que tiene. Siento como tu piel se eriza con las caricias, eso me prende muchísimo, te doy un beso en la oreja y bajo hasta el cuello. Mientras que los trago y nosotros nos calentamos, comenzamos a tratar de disimular que nos queremos comer, que nos queremos devorar, que nos queremos romper la ropa ahí mismo.

Te digo un secreto en el oído: que vayas al baño, te quites los panties y me los des a mí. Tú te paras nerviosa, vas al baño, y vienes caminando suavecito con nervios para donde mí. Te sientas, y sacas de tu carterita tus panties y me los entregas escondido. Yo los toco y siento una humedad, me doy cuenta que estas bien mojadita. Te miro y te pregunto cerca del oído que cómo te sientes, me dices que estas empapada, que por eso venias caminando despacio, porque sentías que se resbalaban los muslos. Al escuchar eso, siento como mi cuerpo se calienta, se me seca la garganta y siento una fuerte presión en mi pantalón. Subo un poco más la mano en tu muslo, y para ayudarme, vas abriendo un poco las piernas para dejar pasar mi mano, te siento, efectivamente, empapada. Te paso los deditos un poco por tu totico bien caliente y húmedo. Mis dedos se deslizan fácilmente, cuando de repente das un pequeño brinco y me dices que aquí no. Te miro, me agarras la cabeza y me das un beso bien fuerte. Siento como tu lengua me quiere devorar. Llamo al mesero, pido la cuenta y nos vamos.

Esperando el valet que nos traiga el carro no nos podemos separar, voy acariciando tu nalga con una mano, mientras la otra la meto en mi bolsillo para sentir tus panties bien mojaditos.

En el carro, me la paso con la mano en el muslo bien arriba, y con el meñique juego un poco con tu totico mojadito. Tu tratando de mantener las piernas abiertas para yo seguir jugando, aguantando los gemidos y tratando de no moverte tanto, tu quieres que yo no deje de tocarte.

Cuando llegamos al apartamento, nos bajamos, y entramos directamente a la habitación. Te paras en frente de mí, te agarro la cabeza, agarrándote bien fuerte tu cabello, y te doy un beso de esos bien apasionados, mientras que con la otra mano te agarro la nalga bien duro. Nos comemos eufóricamente mientras trato de quitarte el vestido y tu tratando de quitarme la camisa. Logro bajarte el zipper y de bajarte el vestido. Cuando subo la mirada, ¡ahí están! Tus hermosas tetas al aire frente a mí, y no más de verlas, las agarro y comienzo a besarlas, chuparlas, lamerlas, morderlas. Con cada beso y mordida voy intensificando las ganas de comérmelas. Me concentro en una teta chupando bien rico el pezón, metiéndome lo más que me quepa de tu teta en la boca, llenándome enterita de ti. Mientras la chupo, le paso la lengua a la puntica del pezón, al tiempo que te agarro bien firme con una mano tu nalga, dándote nalgadas bien fuertes.

Me empujas para que me sienta en el borde de la cama, me quitas la camisa, yo me quito el pantalón. Sin dudarlo, te subes arriba de mi mientras te sigo chupando la teta, te vas moviendo bien fuerte, pajeándote con mi guebo bien duro y parado, mojándome todo el bóxer que todavía tengo puesto. Ahí comienzo a escuchar tus gemidos y sentir tu respiración más rápida. Te vas moviendo más y más rápido arriba de mí. Pajeándote con todo con mi guebo. Mientras te agarro las nalgas con una mano y te chupo las tetas, y con la otra mano te halo el cabello, sintiendo como tus gemidos se convierten en gritos y tu respiración se intensifica. Sigues así bien rápido, bien rápido y duro, gimiendo bien fuerte. Hasta que de repente, me abrazas bien fuerte y dejas de respirar un segundo, y luego coges aire otra vez y vuelves a respirar bien fuerte, como si te faltara el aire.

Dejando que los dos recuperemos la respiración, te acuesto boca arriba en la cama, y comienzo a besar tu oreja, tu cuello, tu hombro, tu pecho. Bajo a las tetas. Las beso. Juego con mi lengua con ellas. Sin perder ritmo sigo bajando a la barriga, llego a la pelvis, te beso todo alrededor, y por un lado, bajo al muslo. Bajo por el muslo de adentro, suavecito, hasta llegar a la rodilla. Subo por el el otro muslo por adentro, mientras mis manos recorren tu muslo por fuera, sintiendo tu piel erizarse. Al llegar arriba, beso la entre pierna de ambos lados, y arribita del totico. Abro un poco tus piernas, me doy cuenta del hermoso totico que tengo frente a mí, mojadito, rosadito y delicioso, esperando a ser saboreado y devorado. Luego de unos segundos admirándola y viendo tu cara de ansias, le paso la punta de la lengua desde el hoyito hasta el clítoris, y vuelvo y bajo, vuelvo y subo y bajo. Saboreándote entera, con cada pasada lo hago más fuerte y con más lengua. Cuando comienzo a sentir tu respiración acelerándose, y comienzas a mover un poco tu cadera. Comienzo a concentrarme en el clítoris. Mamándotelo y pasándote la lengua bien rápido y rico. Vas acelerando tus movimientos y tu respiración. Tus gemidos se van convirtiendo en gritos, voy agarrándome más fuerte de ti para no zafarme por nada. Comienzas a moverte más fuerte y más fuerte. Y yo más fuerte me quedo pegado a tu totico, siguiendo tus movimientos sin despegarme. Solamente usando la lengua, y chupándotelo cada vez que te siento empapada. Sigo pegado de ti y vas moviéndote más rápido y más rápido. Estoy sintiendo como aprietas tu pelvis, como te levantas, como te tuerces, como tiemblas cuando ves que no tienes el control de algo tan rico. Siento como vas llegando a venirte, voy bajando el ritmo junto contigo. Hasta que los dos quedamos en inercia total.

Pero yo no me aguanto, y vuelvo a besarte los muslos, tu tratando de que pare y que no quieres hacer nada tan rápido. Comienzo a pajearte con mis dedos por fuera junto con un poco de lengua Hasta que te rindes y cedes a que haga lo que quiera contigo. En ese momento te entro un dedo palma arriba en tu totico, mientras que con la lengua te lamo y chupo el clítoris. Con el dedo trato de buscar tu punto G, encontrándolo, comienzas a moverte bien fuerte, mientras mantengo mi dedo bien adentro de ti acariciándote adentro y sin despegar mi boca de tu totico. Al rato, comienzo a acariciar tu culito. Echándole un poco de salivita, meto un poquito un dedo y lo saco y vuelo meto y lo saco. Poco a poco lo meto y saco con un chin más de saliva para lubricarlo, hasta que entra solito suavecito. Sin despegar mi boca de tu totico que sigo chupándotela, comienzo a pajearte con un dedo en el culito, con otro dedo adentro del totico. Comienzas a moverte como si quisieras zafarte, pero queriendo que este más adentro al mismo tiempo. Vuelves con los movimientos más rápidos y agresivos. Y yo voy con tus movimientos. Nada puede quitarme de esa posición. Tus movimientos, gemidos, respiración, hacen que me dé más fuerza de seguir y llevarte al final del placer. Sigues moviéndote más y más fuerte, hasta que paras bruscamente temblando un poco, dejando de respirar un segundo, hasta que caes relajada en el colchón, mientras voy sacando los dedos dentro de ti, suavecito.

Recuperando nuestro aliento, me acerco a ti, nos besamos, nos acariciamos. Entre esas caricias, tu te animas bien rápido y me dejas boca arriba, me dices que ahora te toca a ti. Me besas el pecho, los brazos, el estómago, donde siento una cosquillita. Sigues bajando hasta los muslos, me besas la pelvis, y parte de los muslos mientras me los acaricias. Ves mi guebo que se va parando con cada beso y caricia que me das, hasta que lo agarras bien firme por la base, me das una mirada de perra, abres la boca y te lo comes. Te lo metes lo más que pueda en la boca, y lo sacas, comienzas a pasarle la lengüita por la punta que esta rojita e hinchada. Le escupes un poco y lo riegas por todo el guebo. Comienzas a chupar la punta, mientras con tu mano mantienes agarrada la cabeza del guebo y sobando los granos. Entras el guebo a tu boca, y lo sacas, vuelve y lo metes y lo sacas. Yo suelto un suspiro de placer, mientras te veo en acción, dejándote sola que te comas lo que es tuyo. Vas chupándolo, mientras cuando subes usas tu lengua para saborearla entera. Al rato comienzas a lamerme por todo el alrededor. Pasas a chuparme los granos, mientras que con la mano me vas pajeando, apretando la puntica cuando subes. Ahí te agarro la cabeza para que sigas chupándomelo así, cuando siento que casi me estoy viniendo te paro. Sin dudarlo, me paro y te jalo, te pones en cuatro, dejando al aire ese culito tan rico.

En ese momento, con mi guebo bien duro, hinchado y a punto de venirse, te lo meto por el totico bien firme. Mi guebo se desplaza suave en ese totico que me lo había devorado hace unos minutos. Comienzo a penetrarte, mientras que saco y entro el guebo, mientras te jalo el cabello bien fuerte con una mano, y con la otra agarro tu cintura. Con cada movimiento siento tu totico más apretado y más apretado. Te doy unas nalgas bien fuertes que tiras tus griticos de placer. Voy acelerando el paso en la penetración. Veo ese culito que había tenido un dedo mío hace poco, y le escupo un poco y comienzo a meter la punta del pulgar, mientras sigo con el movimiento de metértelo y sacártelo, adentro y afuera. Sacando casi el guebo entero, y entrándolo completico. Sintiendo tu totico cada vez más mojadito y más cerradito.

Voy acelerando el paso, y las penetraciones se van haciendo mas fuertes. Cada vez que te lo meto bien fuerte, mis bolas chocan con tu clítoris, haciendo que aprietes aun más tu totico. Las penetraciones van más fuertes y mas rápidas, más fuertes y mas rápidas. Mis bolas chocando con tu clitoris, mientras te jalo el cabello bien fuerte, y el pulgar en el culito, mientras que con el resto de la mano trato de agarrártelo bien fuerte. Siguen los movimientos de penetración más fuertes y rápidos, sintiendo tu totico más apretado, y más apretado, escuchando tus gemidos más fuertes. Tus griticos ocasionales me hacen darte más fuerte con mi guebo bien parado y duro, no aguantando mucho más, llegando casi al clímax, tratando de aguantar lo más posible. Mientras sigo metiéndotelo y sacándotelo bien fuerte, siento tu totico que me agarra el guebo bien fuerte, tus manos apretando fuertemente las sabanas, tus gritos silenciosos, tu espalda y piernas congelados, y comienzas a temblar fuertemente. De repente, siento como mi cuerpo se friza, como toda la energía se concentra en mi área pélvica, y en la próxima penetración no aguanto más, y libero mi cuerpo, me vengo muy fuerte, disfrutando como nos estamos viniendo los dos juntos al mismo tiempo. Nos quedamos disfrutando de nuestro mutuo orgasmo unos largos segundos, hasta que tu no aguantas más, y caes sobre la cama, sacando mi guebo dentro de ti, y yo cayendo al lado tuyo.

Fin.

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