Me topo con tu página de Instagram, tenía mucho sin saber de ti. Me pongo a stalkear tus fotos, y veo que estás hermosa y sexy, mucho más de lo que te recordaba cuando hacíamos coro con el grupo de amigos. Te doy follow y me devuelves con un DM saludándome. Comenzamos a hablar un poco, pero con el ajetreo del día a día no nos permitía tener una conversación fluida. Si nos comentábamos mutuamente los stories que subíamos, pero no pasaba de ahí.
Al pasar varias semanas, nos encontramos en el supermercado y no paramos de hablar. La compra que podría haber durado 20 minutos, ya iba llegando a la hora y medio y no se veía su fin, pero sin querer que llegara ese fin. Al darnos cuenta de la hora, te invito a seguir conversando en un café cerca de donde estábamos. Decidimos dejar la compra en la casa, ya que habían cosas de nevera, y acordamos encontrarnos en el café en 45 minutos.
Como vivía bien cerca, deje la compra y regrese antes de que pasaran 30 minutos. Y tomo una mesa y espero a que llegues. Pasan los minutos y no veo que llegas. Te escribo un DM, ya que no tenía tu teléfono, y no respondes. Pasan 30 minutos de la hora acordada y nada de saber de ti. Decido esperar unos minutos más, pero definitivamente no aparecías, así que decidí irme y continuar con mi día.
En la noche recibo un mensaje tuyo pidiéndome disculpas, pero que tu esposo estaba en la casa cuando llegaste y no pudiste salir. Me quedé un poco sorprendido, ya que no sabía que estabas casada, pero algo dentro de mí me decía que siguiera buscando la manera de juntarnos. Me preguntaste si podía juntarme en ese momento, pero estaba con unos amigos en la casa, así que te propuse juntarnos al otro día a la misma hora en el mismo café, y aceptaste. Te pedí tu número y pasamos la noche entera conversando, no le hacía mucho caso a mis amigos con los que estaba reunido.
Al otro día, muy emocionado estoy saliendo para el café y te aviso que estoy saliendo, pero me respondes que estarás un poco atrasada, que se te presento algo en la casa. Me mandas un Emoji de besito, te digo que un solo besito no será suficiente para perdonarte. Me envías una foto de la cintura para arriba desnuda, pero tapándote los senos con un brazo, tus ojos de mala y los labios que llaman a gritos a ser mordido, y me preguntas que si así si te perdono. Mientras me encantó la foto, y sentí un caliente por todo el cuerpo al verla, quise empujar un poco más diciéndote que no, pero cerca. Me envías otra foto, esta vez estaban en una tanga blanca de encajes volteada, mostrando tus nalgas y piernas. Al ver tu nalguita perfecta, solo te digo que de la que te salvas de que no estas frente a mí. Me mandas un Emoji del diablito sonriendo, y me prometes que pronto lo estarás, pero no será hoy.
Te ignoré por el resto del día, ya que sentía que estabas jugando demasiado. Esa noche salí en una cita con una chica que había conocido hace unos días, pero no paraba de compararla contigo. Tu eras mas inteligente, mas interesante, mas bonita, mas sexy. Solo habían pasado 20 minutos de haber estado con ella en el restaurante, y ya me parecía una eternidad, porque no paraba de pensar en ti. Luego de la cena, no me dieron ganas de seguir la noche planeada con ella, así que me inventé un dolor de cabeza y te escribí. Me dices que estas ya acostada y no puedes salir. A mi no me importa, porque conversar contigo iba a ser mejor que cualquier sexo que pudiera haber tenido con ella.
Llego a la casa, me acuesto y seguimos chateando. Hablamos de decenas de temas, cada uno mas interesante y profundo que el anterior. Hasta que tocamos el tema de las relaciones, y te pregunto que a que se debe que quieras tener esta pequeña aventura conmigo. Me cuentas que la relación con tu esposo se ha estancado, que te imaginas que el está viendo otras mujeres, que realmente no te importa, pero que no te esta dedicando su tiempo, ni siquiera para salir a pasear, y eso si te importa. Me cuentas que no te has atrevido a hacer nada con nadie, porque no has sentido la confianza necesaria para arriesgarte. No es que quieras dejar de estar con tu esposo, porque lo amas y tienen una vida linda juntos, pero si quieres ponerle un toque interesante y atrevido a tu intimidad.
Seguimos chateando, y comenzamos a decirnos que nos gusta de cada uno, tanto físicamente como de personalidad. Me dices que te gusto por lo inteligente, dedicado y decidido que soy con muchas de mis acciones y que te encantan mis ojos, mi barba, mi boca y no dejas de imaginarte agarrada de mis brazos. Yo te contesto que me encanta tu madurez, tu sentido del humor y que las conversaciones contigo son muy inteligentes y diversas. Que me encanta tu cabello, tu cintura y piernas. Como en ropa del día a día escondes tu cuerpecito tan hermoso, y en traje de baño tienes unos senos y culito bien definidos que solo me dan ganas de besarlos y morderlos. Me mandas un Emoji de carita sonrojada y sin decirme nada, me envías varias fotos tuyas donde destacan lo que te acabo de decir. Unas eran en traje de baño bien pequeñitos, otra salías con un vestidito muy sexy, y una ultima que salías en una lencería negra de unos panties y bracieres, con unas tiras que bajaban de tu cadera por los muslos, hasta agarrar unas medias que llegaban hasta por encima de la rodilla. Se me secó la garganta y comencé a sudar un poco viendo esta increíble imagen. No sabia que responder. Mi mente estaba en blanco. No esperaba ver algo tan perfecto y perverso en una sola foto.
Dure tanto tiempo solamente viendo la foto, que me preguntas si esta todo bien. Te respondo que sí, que la verdad no paraba de admirar tus fotos, que estas hermosa, y me mandaste un Emoji de monito tapándose los ojos. Te tiro un beso, y te mando un par de mis fotos con las características que mencionaste que te gustaban, y te digo que para que no haya quejas, aunque no llegan al nivel de belleza de las tuyas. Nos reímos, y te digo que te quiero ver mañana. Me dices que no puedes, pero si podías 100% 2 días después. Seguimos hablando y nos dormimos.
En los próximos 2 días, casi no hablamos y cuando llega el día prometido, no te menciono nada acerca de nuestro encuentro. Ya siendo las 3pm, me preguntas si se me había olvidado de que tenemos hoy, y yo te digo que no se me ha olvidado, pero no quería tener otro rechazo tuyo, así que trataba de ignorarlo. Me dices que si puedo salir en ese minuto puedes quedarte conmigo hasta las 8-9pm. Sin dudarlo te digo que me estoy montando en el carro, y que vayas bajando. Te ríes y me dices que te avise cuando este cerca, para que me pare a una esquina de la entrada del apartamento.
Unos minutos mas tarde te aviso, y te montas en el carro. Llevabas puesto un romper de pantalón largo azul claro y la parte de arriba bien tapada. Nos damos un piquito de saludo, y te digo relajando que podías ponerte una chaqueta si pensabas que estabas muy descubierta. Te ríes, y me dices que era lo que tenias puesto, que tampoco pensabas durar la tarde entera con ella puesta. Me sonrojo, te agarro un muslo medio fuerte y te digo que no que te quedan pocos minutos con ella.
Ya que vivimos relativamente cerca, llegamos rápido a mi casa. Te guio delante de mí agarrándote la nalga y dándote unos besos en el cuello. Volteas la cara agarrándome la barbilla y me das un beso bien fuerte, te volteas completa y comenzamos a comernos frente a la puerta de afuera. Voy empujándote poco a poco hacia la puerta para poder entrar, y tratando de meter la llave en la puerta para abrirla, nos despegamos porque no podía casi concentrarnos. Abro la puerta bien rápido y te doy paso dándote una nalgadita. Te invito a la sala, prendo el aire acondicionado, cierro algunas ventanas abiertas, te voy ofreciendo algo de beber, pero no dices nada. Cuando me volteo a verte, estas desabrochándote el botón en tu espalda del romper. Voy a ayudarte, pero justo cuando estoy acercándome, lo logras y te bajas el romper completo, te quitas las sandalias, me tiras el romper hacia mí, y yo me quedo quieto, comenzando a sudar en frio, con la garganta seca, y siento una oleada de sangre a mi guebo y se pone duro casi de inmediato. Estabas completamente desnuda en medio de mi sala, frente a mí. Solo vestida con tu sonrisa y tu mirada apasionada, viéndome como no me creía lo que estaba pasando.
Te quedas viéndome y me dices “ves, no tenia pensado en durar mucho tiempo con esto.” En ese momento, suelto todo lo que tenia en mis manos, y me lanzo hacia ti, besándote de manera apasionada, queriendo agarrarte más fuerte, pegarte más a mí. Siento como tus uñas se clavan en mi nuca, y muerdes mis labios bien duro. Me duele un poco, pero las ganas de tenerte y la adrenalina me hacen obviar el dolorcito de la mordida. Me empujas un poco, y me comienzas a quitar la camisa, me bajas el pantalón, me quitas los zapatos, de manera desaforada. Tiras toda mi ropa a un lado, y te quedas arrodillada. Agarras con tu mano derecha mi guebo que está bien duro y parado, lo sostienes por la base, me das una mirada, y te lo metes en la boca. Lo vas chupando, y sacándotelo, pasándole la lengua por la cabecita, y a lo largo del cuerpo hasta las bolas, donde le pasas la lengüita un poco, y regresas por la misma ruta a la cabeza y vuelve y te lo metes en la boca y lo chupas. Yo solo respiro, disfruto y suelto unos gemidos, viéndote disfrutar como te comes mi guebo completo. Entre chupadera y pasando la lengua por cada milímetro, solo sosteniéndolo con una mano en la base te lo comes enterito mientras se va poniendo más duro y más hinchado.
Cuando te das cuenta de que ya no lo pondrás mas duro de lo que lo pusiste, te paras, me empujas hacia el sofá, me sientas, te volteas y te doy una nalgada bien fuerte. Te acaricio la nalga, y bajo mi mano hasta llegar a tu totico para sentirlo como está. Me lo encuentro bastante húmedo y calientito. Haces un movimiento y abres un poco los muslos para que pueda entrar la mano más cómoda, y comienzo a pajearte un poco, llenándome mi mano de ti. Te meto unos dedos adentro de tu totitco, y los entro y saco despacio. Con la otra mano yo me comienzo a pajear para mantenerlo bien duro, y cuando noto tu totico bien mojadito y abierto, te halo hacia mí. Así mismo de espaldas, te acercas a mí y agarrando mi guebo, pones la cabecita bien hinchada en la entrada de tu totico y te sientas sobre mí.
Comienzas a subir y bajar, sacando casi el guebo dentro de ti cuando subes, y entrándolo completico cuando bajas. Comienzas a moverte suavecito, y vas poniéndole velocidad y fuerza, poco a poco. Comienzas a soltar unos gemidos y yo comienzo a darte nalgadas mientras te vas moviendo. Nuestras respiraciones van acelerándose mientras vas acelerando el ritmo. Voy sintiendo como tu toto se va apretando, y veo cómo vas mojándome cada vez más el guebo. Tus gemidos los escucho más seguidos y altos, convirtiéndose casi en gritos. Vas acelerando el ritmo y haciéndolo mas fuerte, siento mas y mas tu toto apretarse. Te hechas el cabello para atrás, y yo lo agarro, jalándolo mientras hechas la cabeza para atrás sin parar, y con la otra mano sigo dándote nalgadas. Te digo lo rico que se siente, que me encanta tenerte, que eres mía. Tus gritos vas intensificándose, vas curveando tu espalda y aprontando tus piernas. Sigues moviéndote, yo tengo el guebo muy parado y duro, y me encanta verlo como desaparece entero cuando bajas y te lo metes entero adentro de ti.
Vas apretando mas tu cuerpo, y así mismo voy sintiendo como se aprieta tu toto. Sueltas unos gritos bien fuertes, te doy unas nalgadas, y de repente paras y con el guebo todavía adentro de ti, te hechas para atrás recostándote de mí. Yo te comienzo a besar el cuello, y te agarro las tetas. Sueltas unos gemidos, y me posicione en tal manera que puedo moverme para entrarte y sacarte el guebo en tu toto. Mientras hago eso, voy masajeando tu clítoris, y das un brinquito, pero yo te agarro y te mantengo recostada de mí. Subes los pies a mis muslos, y voy moviendo mi cadera para penetrarte lo mas profundo y sacarlo un poco y volverlo a meter bien adentro, mientras al mismo tiempo te sigo pajeando el clítoris, te agarro y acaricio las tetas, y te voy comiendo el cuello. Tus gritos de placer me hacen ir más rápido, mientras no sabes de donde agarrarte, te agarras de mis brazos, de mis manos, del sofá, hasta que al final terminas con una mano atrás de mi cabeza agarrada de mi cabello, y la otra mano agarrada de mi antebrazo derecho que está pajeándote mientras mi guebo se desliza para adentro y afuera de tu totico mojadito y rojito.
Nuestras respiraciones están sincronizadas, el ritmo de tus gritos se iguala a la de la penetración y tus manos apretándome van junto con como aprietas tu totico. Vas agarrándote mas fuerte de mi cabello, mientras yo más rápido te voy pajeando el clítoris, comienzas a apretar tu toto bien rico, mientras el resto de tu cuerpo lo sigue. Mi guebo hinchado, siento como palpita cuando estoy llegando al clímax. Mientras yo ya estoy sin poder contralarme, te aprieto bien fuerte, y te digo al oído “me estoy viniendo”, dejo presionando mis dedos en tu clítoris, te pones tensa y sueltas un grito entrecortado mientras toda mi leche va saliendo adentro de ti y tiemblas un poco. Mueves un poco la cintura haciendo que mi guebo entre y salga un poquito, pero se queda adentro. Te relajas un poco, bajas tus pies de mis muslos, y te sacas mi guedo de tu toto lleno de mi leche. Te sientas recostada de mi en el sofa, mientras los dos cogemos aliento y descansamos.
Al pasar un rato, te digo para irnos a lavar, y entramos a la ducha juntos. Nos bañamos mutuamente. Con el agua tibia cayendo sobre ti, te enjabono tu pecho, tus tetas, tu torso. Bajo hasta la cadera, paso a las nalgas y todo tu muslo. Subo por adelante y te limpio tu totico como si tes estuviera pajeando. Siento como todavía te sale leche de adentro de ti, y te la trato de limpiar toda. Tu me comienzas a echar el champú en la cabeza, y me haces un masaje mientras la espuma se va creando en mi cabello. Me enjabonas completo, y me limpias el guebo, que ya está más flojo, completico, incluyendo las bolas.
Salimos de la ducha, nos secamos, y nos quedamos acostados en la cama. Son las 5pm, y queremos aprovechar lo máximo el tiempo juntos. Nos quedamos dormidos, acurrucados, tu de espalda a mí, con tu nalga pegada a mi guebo, y un brazo lo usas de almohada, y con el otro te arropas, esa mano termina sobre tu teta, y me la agarras por arriba, haciéndome entender que ni loco la quitara.
Había puesto una alarma las 7pm. Cuando suena nos despertamos, y ves que tienes varias llamadas perdidas en tu celular. Entras al baño y haces tus llamadas. Sin tener idea de que habías hablado regresas a la cama, y me dices, “en par de horas tengo que regresar”. Pones una alarma a las 8:30pm para no pasarte de la hora, y seguimos acurrucados en la cama.
Un rato después me comienza a dar un poco de hambre, y te pregunto si quieres comer algo antes de irte. Me dices que te estabas muriendo de hambre, pero no querías dañar el momento, así que me dejaste dañarlo a mi jajaja.
Vamos a la cocina, ambos desnudos, te doy un delantal y yo me pongo otro, para no tener problemas mayores en la cocina. Nos ponemos a ver que vamos a cocinar y decidimos en una pasta con camarones. Nos ponemos a preparar cada uno por su lado, pero pasándonos cerca cada vez que necesitamos algo del otro lado de la cocina. Ambos con el delantal tapándonos todo el frente, pero con la nalga afuera. Puse la pasta con el agua ya hirviendo, y tu cocinabas los camarones en el sartén. Ya que lo que mío era esperar, me acerco atrás de ti, mientras cocinabas los camarones, y te comienzo a dar besos en el cuello, en la espalda, te acaricio las tetas por encima del delantal. Tú te quedas inmóvil concentrada en los camarones, pasan unos segundos y los camarones ya se están poniendo naranja, yo continuo con mis besos y mis caricias, cuando de repente, apagas la hornilla donde estaba el sartén, me halas para un lado de la meseta de la cocina esta libre, y te sostiene de la mese, te inclina para adelante, y dejas tu nalga en el aire. Yo que ya tenía el guebo parado de todos los besos y caricias, me hecho el delantal a un lado, y lo meto de una vez.
Tenías tu totico hinchado todavía, pero estaba bien mojadito. Yo te agarraba el cabello bien fuerte, mientras movía mi cadera para metértelo y sacártelo, metértelo y sacártelo. Subiendo el ritmo con cada penetración, así como subía el ritmo de tus gemidos, pedias que te lo metiera mas duro, y le iba metiendo mas velocidad y fuerza. Incrementaba la intensidad de la penetración, de tus gemidos, de nuestra respiración y de la olla hirviendo la pasta. Te agarraba la cadera, para poder penetrarte con mas fuerza, y cada vez tus gemidos eran mas entrecortados. Tu totico se iba sintiendo mas apretado, y yo ya no aguantaba más. Toda la energía la estaba sintiendo como se movía de mi cadera a mi guebo, como escuchar tus gemidos entrecortados, y metértelo bien fuerte con tu totico bien apretado, sentía como llegaba al clímax. Cuando te sentía bien apretada, no aguante más, solté un gemido de alivio, y volví a llenarte de mi leche. Continué con varias penetraciones mas para ir bajando el ritmo, al tiempo que seguía eyaculando completico adentro de ti.
En ese momento comenzó el agua de la pasta a hervir demasiado y se salió un poco de la olla. Fui rápidamente a pagar la hornilla, y cuando me volteé, estabas en el piso sentada recuperando tu aliento. Servi un vaso de agua, y te acompañe en el piso. Nos dimos unos besos y nos abrazamos. Nos quedamos abrazados un momento, hasta que sonó la alarme que habías puesto a las 8:30pm.
Nos paramos rápidamente, nos servimos un poco de la pasta con camarones. Nos sentamos a comérnosla con un poco de rapidez, y mientras yo iba limpiando la cocina, tu entraste al baño a limpiarte y ponerte ropa.
Cuando saliste, me puse lo que estaba en el piso de la sala y nos montamos en el carro. Me decías en el camino que realmente necesitabas lo que tuvimos, necesitabas sentirte querida, necesitada y deseada. Quedamos que fue algo increíble, y que no podíamos dejarlo ser una sola vez.
En ese momento estábamos llegando a tu casa, y me pediste que me parara un poco antes de la entrada. Me diste un beso, mientras me agarrabas mi guebo, nos despedimos y saliste del carro. Veía como caminabas por la acera hasta llegar al frente de tu edificio, te volteaste, me picaste el ojo, y entraste, fuera de mi vista.
Fin.